Jesús, eres realmente un amigo de calidad. Has dado la vida por mí. Luego has revelado el gran amor y misericordia del Padre, su designio salvífico .
Y finalmente, tu eres el que te has hecho el encontradizo y me has llamado para que sea tu amigo. Ahora, solo me pides que ame a los demás como mis amigos, pero sobre todo como tus amigos.